Empieza muy joven a pintar y a los 14 años simultanea sus estudios de bachillerato con el dibujo y la pintura, matriculándose en la escuela de Artes y Oficios de Zaragoza, donde recibe la formación académica de maestros como Modesto Soteras Pla y Rogelio Quintana. Buen conocedor de la Historia del Arte estuvo siempre atento a cuantas innovaciones se producían dentro y fuera de España.
Citando párrafos de Cristina Giménez Navarro que realizó su tesis de Licenciatura sobre Baqué Ximénez, bajo la dirección del doctor Torralba Soriano: “A partir de los años 30, la prensa empieza a citar a Baqué como un novel artista de prometedor futuro, a raíz del 2º premio conseguido en 1935, en el Concurso de Carteles del Circuito de Lasarte, en San Sebastián.”
“Tras salir de la Escuela de Artes y Oficios formó parte del Estudio Goya. El panorama artístico zaragozano era realmente desalentador, pensar en exponer de forma individual resultaba difícil, no solo en el ámbito regional, sino también en el nacional.”
Formó parte del Grupo Pórtico (1947), pionero de la pintura abstracta en España, que lideraba Santiago Lagunas y José Alcrudo, y al que pertenecieron entre otros, además de los citados, Fermín Aguayo, Alberto Duce, Alberto Pérez Piqueras, Juan José Vera, Eloy G. Laguardia, Daniel Sahún y Ricardo Santamaría.
Su pintura mural le llevaría a representar a Aragón, con un mural de 12 x 12 metros, realizado en el altar mayor de la iglesia parroquial de Ontinar del Salz (Zaragoza), obra del arquitecto José Borobio, en la Exposición Internacional de Arte Sacro de Roma, en 1950.
Otras obras murales: Iglesia parroquial de El Temple (Huesca); Iglesia parroquial de Puilatos (Zaragoza); Iglesia parroquial de San Jorge (Huesca), Iglesia parroquial de Bárdena (Zaragoza); Iglesia parroquial de El Figarol (Navarra); antigua sede del Centro Cultural del Banco Central, Zaragoza; Capilla de San Jorge de la Diputación General de Aragón, en la Iglesia de Santa Isabel (Zaragoza); Capilla de la antigua Facultad de Medicina de Zaragoza.
Como dice Cristina Giménez Navarro, en su mencionada tésis sobre el pintor, “José Baqué Ximénez es un pintor aragonés de clara proyección nacional, que constituye uno de los puntales más sólidos de la pintura aragonesa contemporánea, cubriendo la parcela del movimiento expresionista en Aragón.”
El critico de arte, Ángel Azpeitia, escribió de Baqué Ximénez , en el catálogo de la Exposición “Cincuenta Años de Pintor”, organizada por la obra cultural de la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, en mayo de 1988: “Un pintor como la copa de un pino, porque muy pocos, si color es principalmente la pintura, van a ganarle en ese fundamento del oficio. Pero también me parece cierto que su quehacer sale de la forma y a la forma vuelve, que hubo mucha geometría en sus comienzos y que su presencia ha dejado un considerable poso hasta los últimos, por ahora, compases.”
El catedrático, historiador y crítico literario, José Carlos Mainer, diría de Baqué Ximénez en el prólogo del catálogo de la exposición “Pinturas 1933-1984”, en 1985, en la Sala Luzán de Zaragoza, “decidido pintor figurativo para el que ciertos objetos y algunos asuntos cobran una obsesiva densidad sentimental y parecen exigirle un dilatado tributo plástico.” Y hablando de su pasión por el color apuntaba, “puede que sea lo que más ha evolucionado en la obra de Baqué Ximénez: a lo largo del tiempo, el cromatismo ha pasado de ser un ingrediente subordinado a la forma, fiel a la realidad externa y algo opacado en aras de la armonía del conjunto, a constituir el término fundamental de un lenguaje pictórico, deliberadamente rota su verosimilitud y definitivamente abierto al fantaseo.”
El pintor Luis García Ochoa, escribió en el catálogo de la exposición Antológica de Baqué Ximénez, celebrada en diciembre-enero de 1993, en el Palacio de Sástago, de Zaragoza: “¿Subyace en la pintura de Baqué un humorismo que pudiéramos definir contradictoriamente atormentado? Yo hablaría mejor de lo burlesco – antes lo hemos indicado- en el sentido quevedesco de la palabra; pues el humor suele mostrarse impregnado de gracia y ligereza, y , sin embargo, las burlas que han generado obras maravillosas en los mejores tiempos, nacieron de la inteligencia y el corazón de sus creadores y jamás fueron ni ligeras ni graciosas. La definición formal de la obra de Baqué está basada en sólidos principios y es responsable de su rotunda proposición".